viernes, 6 de junio de 2008

Vroum, vroum


En este post de hoy no encontraréis ni empatía, ni mente abierta, ni intento de fraternización con el resto de la raza humana. Hoy dejo salir al gremlin intolerante y gruñón que todos llevamos dentro, ése al que normalmente suelo contener e intentar educar . De vez en cuando tiene que salir a jugar, pobre.

Es el fin de semana del Grand Prix de Fórmula 1 de Montreal. Sé que si no me gusta la fórmula 1, no tengo más que apagar la tele (y la radio, y no comprar el periódico, y no salir de casa, porque TODO el mundo habla de ello por TODAS partes).

El gran circo de la fórmula 1 ya está aquí. La fiesta cromañón del motor.

Algunas calles del centro de Montreal se cierran, se instalan quioscos de cerveza y recuerdos, -hasta ahí, vale, como buena españolita la cosa festiva y la animación callejera veraniega me gustan-, suele hacer calor -anuncian más de 30 grados para mañana, hasta ahí también estupendo, me gusta el calor-. Donde empiezan mis problemas es en el tipo de turismo que este evento atrae a esta -normalmente- civilizada capital.

Ayer tuve que atravesar el centro a pie, sorteando hordas de americanos (pero no sólo americanos, ciertos hombres quebequeses también aprovechan para soltarse la melena) gordos y enrojecidos por el sol , coronados de gorras de todas las escuderías imaginables. Como ya habíamos pasado la hora del almuerzo, probablemente regado con abundante cerveza, y hacía calor, pasar por la acera se convirtió en una especie de lucha sudorosa. Lucha para que dejaran pasar, con comentarios y sonidos dignos del eslabón perdido, lucha para cruzar la calle, con coches llenos del mismo tipo de primates que paraban en las esquinas más céntricas y coreaban a las chicas más monas "Enséñanos las tetas", con mucho claxon acompañando esta refinada estrategia de seducción.
Y qué decir de las chicas F1. Nunca he visto tanta lycra y tanta prótesis mamaria juntas en la misma calle. Las "nenas" que se hacen fotografiar frotando con una esponja el... coche de carreras que campea en plena calle. No sé lo qué es mas neumático en este acontecimiento: las ruedas o las chicas.


Como feminista convencida que es una servidora, nunca entenderé cómo puede haber descerebradas que se embarquen en este tipo de rol. Ya veo la cara apresuradamente indignada de algunos leyendo esto: -"¿Por qué descerebradas? Un mujer puede ser sexy e inteligente."

Ya. Claro. Echadle un vistazo a la foto. Está claro que no se intenta convertir a la mujer en un objeto sin carácter, útil sólo para una actividad muuy específica. No he visto muchas chicas del doctorado en lingüística aplicada vestidas con estos tops de Ferrari lamiendo carrocerías para la cámara. Por supuesto, no es imposible. Como alguno de los primates que poblaban el centro ayer, puede ser un físico nuclear.

En fin, que este gran acontecimiento aúna varias de las cosas que más me irritan: el ambiente machista hombre de las cavernas, las muñecas hinchables por voluntad propia, los coches (soy una gran fan del transporte público), y ese tufillo cutre de porno suave neoliberal, todo ello complementado con productos de lujo extremadamente horteras (todos lucían sus gorras Ferrari, sus calzoncillos Ralph Lauren sobresaliendo de los pantalones, sus imitaciones de Rolex y sus gafas de sol de marca, estilo ojos compuestos de mosca estercolera). Sazónese con bien de vroum-vroum y mucha cerveza.

Menos mal que anuncian unas tormentas del copón.

Vale, necesito un café.

10 comentarios:

The Intercultural Kitchen dijo...

Mujer, yo que tú, me sacaba una banqueta a la calle y me ponía a ver el espectá-Culo comiendo unas palomitas o así... debe ser como el zoo eso! Antes de ponerme a leer tu post he visto las fotos y me ha dado un escalofrío, Arantza, ¡¡¡pero qué fotos nos pone esta mujer!!! ¿Se ha dado un golpe en la cabeza? Que te sea leve!

liuia drusilla dijo...

Porrrr otra parte, correr con un coche despachurrao por un circuito a "pijo sacao", que dicen mis amigas de Murcia, no me parece un deporte.
Coño, ya era hora de que alguien más pregonase estar hasta las narices de la Fórmula 1, que desde que empezaron a dar por saco con Fernando Alonso todo el mundo en este país es súper "fans" y en esta casa nos sentimos muy "amarginaos" :(.

Arantza dijo...

Noema: je, je, me ha hecho reír lo del espectá-culo. Y sí que las fotos han debido desorientarte un poco... Afortunadamente, sólo es un fin de semana. Y va a llover! Jua, jua!

Liuia: No estáis solos. A mí me cuesta mucho entender a la gente que paga tan caro por una entrada al circuito Jacques Villeneuve a chuparse el humazo de los tubos de escape. Pero lo que hagan allí es asunto suyo. Cuando grupos de babuínos toman las calles al asalto, la cosa empieza a ser molesta.

Anónimo dijo...

Absolutamente de acuerdo. Pero más triste que el que haya quien aprecie más un par de razones que el trabajo o la valía de una mujer, es que ellas mismas se rebajen a ser apreciadas por cuestiones tan triviales. Lo peor es cuando el sexismo lo practicamos nosotras contra nosotras mismas.

jb500.blogspot.com dijo...

durante muchos años he estado relacionado con el ambiente de carreras, y el especta-culo del que hablas es visto con tus mismos adjetivos (o bastante peores), por la mayoria de gente del mundillo, pero claro, bussines is bussines, y mientras esta panda de garrulo-cromañones paguen...

v'sss

Arantza dijo...

Vega: por ahí iban los tiros cuando hablaba de "muñecas hinchables voluntarias". Dan ganas así como de sacudirlas por los hombros diciendo "-¡Ey! ¡Despierta! ¿Cien años de revolución feminista para esto?"

Arantza dijo...

JB: gracias por el punto de vista "desde el interior", que siempre es interesante. También es reconfortante comprobar que todos los aficionados a la F1 no son cejijuntos con un arco superciliar prominente :-). Bienvenido a la cocina, y espero que te pases de nuevo por aquí.

Sara dijo...

Yo ODIO el F1... tengo todavía metido en la cabeza el ñeeeeññññññññeeñeeeeeeeñeeeeeeeeeeeeeee de los coches cuando tenía que soportar la programación de domingo de mi hermano (sisi, cuando había motos, formula 1, sumo o cualquier deporte, monopolizaba el mando).

Espero que llueva Y MUCHO.

Arantza dijo...

Sara: siempre sienta bien ver que, cuando una saca a pasear el gremlin intolerante que lleva dentro, es como dar el pistoletazo de salida para que los demás se desahoguen... ;-). Te sugiero invitar a tu hermano a comer a casa, atarle a la silla y obligarle a tragarse la serie íntegra de "La casa de la pradera", o "Ana de las tejas verdes", para vengarte de todos esos momentos de sufrimiento de tu infancia. JA, JA (malvada soy, oyes)

Pedro dijo...

A mí tampoco me gustan los "deportes" de motor, ni el tenis, ni la mayoría de los deportes de moda, solo el fútbol y el baloncesto, pero moderadamente y no sacrifico una charla con un amigo por ver un partido.
En cuanto al especta-culo, tómatelo como algo que forma parte de un negocio-circo monumental, de anunciantes, televisiones, revistas, etc,etc.
¡Prefiero pasear con mi perra...!